viernes, 29 de agosto de 2014

Los niños llorones de Bruno Amadio



Bruno Amadio (nacido en Venecia, Italia el 15 de enero de 1911 y fallecido en Padua, Italia, el 22 de septiembre de 1981), más conocido cómo Angelo (Giovanni) Bragolin, El Pintor Maldito, fue un pintor italiano nacido en Venecia y afincado en España tras la Segunda Guerra Mundial. Es el supuesto creador, de fama algo extraña, de una serie de 27 retratos conocidos cómo Los Niños Llorones.




Se dice que los cuadros de este artista atraen desgracias a quienes los poseen. No obstante, han sido obras de mucha difusión, siendo muy solicitadas sus reproducciones en países como España o Inglaterra, ya que algunos creen que protegen a los niños pequeños.



Fue pintor y estudió las artes plásticas de manera academicista, aunque posteriormente desarrollaría una técnica, pincelada y estilo propios. Se dice que en su juventud se adhirió al Fascismo. Además entabló una relación con los artistas plásticos futuristas, liderados por Filippo Tommaso Marinetti. Durante esta época artística, Amadio pintó un cuadro que retrata a una bella y airosa mujer disparando una flecha con un arco, qué según algunos datos obtenidos, pudo ser pintado en 1941.



Al parecer, Bruno Amadio fue movilizado como soldado en el Ejército italiano durante la Segunda Guerra Mundial. Fue durante ésta experiencia cuando vio el sufrimiento de los niños de diversas aldeas y ciudades a causa del conflicto. Ésta angustiosa imagen hendiría la sensibilidad del artista y marcaría posteriormente de forma significativa su obra.



Terminada la guerra, se marchó a España y se instaló en la ciudad de Sevilla. Posteriormente al parecer residió en Madrid. Ahí mismo es dónde comenzaría a utilizar el seudónimo "Giovanni Bragolin" para firmar sus cuadros, los conocidos retratos de Los Niños Llorones, que muestran imágenes de niños y niñas en primer plano en cara y busto, los cuáles muestran un gesto triste con grandes y visibles lágrimas escurriéndoles por la cara. Éstos cuadros fueron posteriormente reproducidos en láminas de papel y tablé, teniendo una amplia comercialización en numerosos países del mundo, sobre todo durante la década de 1970 y 1980.

la leyenda:




Se dice que frustrado por su nula fama como artista, Amadio hizo un pacto con el Diablo para que sus pinturas tuvieran éxito en la sociedad. A partir de entonces realizó una serie de 27 cuadros en los que aparecen niños llorando. Uno de ellos fue un retrato de un niño que vivía en un orfanato que, una vez finalizado el cuadro, se incendió y acabó con la vida del niño. Su alma, entonces, se dice que habita en el cuadro.



Al igual que otros cuadros, como El Grito de Edvard Munch, las obras de este pintor han transcendido el posible hecho pictórico. La gran expresividad y el simbolismo que reflejan, emanada de la sensibilidad del autor influida por los acontecimientos sociales del momento, han llevado a la creación de fábulas que nunca han sido corroboradas. También se dice que Bruno Amadio era un pederasta que violaba a los niños y después los pintaba llorando.



En fin, al final de los años setenta la leyenda se extendió como la pólvora y los testimonios sobre la mala suerte de todos aquellos que poseían uno de los cuadros de la colección se multiplicaban por momentos. Nadie quería tener uno de estos cuadros en su casa y las copias dejaron de realizarse por falta de pedidos, “por si acaso”, todos fueron descolgando sus cuadros y arrinconándolos en los desvanes si no deshaciéndose de ellos lo más rápido posible.



Cuentan, que en determinadas fechas, si uno se ponía delante del niño llorón podía pactar con el diablo, y éste te podía mirar directamente a los ojos a través de los enrojecidas y llorosa mirada del niño.Hoy en día todavía quedan muchos de sus cuadros en circulación, y todavía son muchos los que aseguran que en sus hogares suceden hechos extraños. 



Muchos de los dueños dicen que han grabado psicofonias en sus casas, concretamente, debajo del cuadro del niño llorón.Lo más tenebroso es que la voz que se graba corresponde a un niño, quien sabe, si al niño del cuadro.


Este quizá sea uno de los más famosos, pues se dice que al girarlo se ve a un pez devorando al niño.






Como pasa con muchas pinturas llamadas "malditas" tan solo es un simple rumor que se extendió y se ha logrado desprestigiar al artista detrás de ellos, pero a decir verdad, ¿quien se animaría a arriesgarse a que un cuadro traiga la desgracia a su hogar?



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